Excelente y amplio contenido.
Más allá de la historia que esté detrás, he llegado a la conclusión de que los países que dependen de los recursos naturales van a permanecer en el subdesarrollo, salvo la gran excepción a la regla que es Noruega.
No existe un motivo para innovar y desarrollar otros ámbitos económicos considerando que, en la mayoría de los casos, los recursos naturales pertenecen al Estado quien mantiene un monopolio sobre aquellos, por tanto, son de todos y son de nadie. El Estado, al financiar su gasto público a través de las millonarias rentas que proviene de la explotación de los recursos naturales, no tiene ninguna razón para regresar a ver a la clase media –más que para cobrarle impuestos– que es la que genera la mayoría de actividad económica en un país, por tanto, requiere de apoyo para desarrollar plenamente sus quehaceres. ¿A qué me refiero con esto? Las actividades privadas no son facilitadas por el Estado, el cual, pone un sinnúmero de trabas y prohibiciones para su realización.
Los únicos que se benefician de las rentas generadas por la explotación estatal de los recursos naturales son todos aquellos que trabajan o dependen indirectamente de las actividades estatales –autoridades, burócratas, políticos, funcionarios públicos de todo tipo, contratistas–. ¡Más nadie! El pueblo, si es que recibe algo, no son más que migajas.
Todo paradigma tiene fecha de caducidad. Ya no va a servir por más que se lo ajuste o se lo arregle. Es primordial dar paso a otros paradigmas que eventualmente pueden ofrecer soluciones que el viejo ya no puede por sus evidentes limitaciones. Hablo del anacrónico paradigma del estado-nación surgido y consolidado durante la revolución industrial del siglo XIX. En la era digital existen otros paradigmas que, sin duda alguna, funcionarían mejor que el mencionado.
Cabe mencionar que los recursos naturales no deberían pertenecer al Estado, se ha demostrado en el transcurso de la historia que son un instrumento de enriquecimiento ilícito para quienes aprovechan su condición de poder. En todo caso, este es un tema para otra conversación.
¡Saludos!
Amigo @juanfb, agradezco que me hayas leído y mucho más tu comentario, bien escrito y sustentado, además. Coincido contigo en tus ideas. El de la mentalidad rentista es un tema del que, por vivir en un país que es casi absolutamente dependiente de la renta petrolera, trato de hallar respuestas para comprender sus dimensiones políticas, sociales y culturales.
Curiosamente, se dice que Venezuela padece de la enfermedad holandesa; es una contradicción, la verdad es que Holanda no sufre de la fulana enfermedad holandesa, al igual que Noruega, como dices. Lo que pasa es que esos países, su gente y por ende sus gobiernos, tienen un alto sentido ético, en los términos que plantea Adela Cortina como la ética cívica.
Me parece, amigo, que el paradigma del que hablas pudiera ser el del desarrollo humano (hablo desde la perspectiva que plantea el filósofo indio Amartya Sen y su enfoque de las capacidades). Es un tema que me apasiona que estoy seguro que a ti también. Eso es materia prima para próximas entregas.
Saludos.