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Me tocó ir en la entrada, con un montón de personas y maletas literalmente "encima de mi", congelada porque el frío era demasiado intenso, mareada porque sentía que las montañas se me venían encima... Cuando al fin llegué ya no sentía las piernas, en todo el camino no pude moverlas. Iba muy estresada diciéndome a mi misma: "Aquí no vuelves". Mis zapatos eran blancos y llegaron negros de tantos pisotones.

Bueno, cuando llegué a casa de mi hermano todo el estrés se me pasó, todo es realmente lindo y fríoooooooo, ¿ya lo dije cierto? Pero es que nunca había sentido tanto frío en mi vida, creía que me congelaría. Por cierto, no llevé sabanas y en la noche el frío me iba a "matar", pues desde que llegué nunca me pude quitar el suéter.

Al fin llegó la tarde y vi la neblinaaa, sí, tampoco había visto neblina de tan cerca...

Mi hermana y yo salimos a caminar para conocer un poco y lo que se ve desde allí arriba es maravilloso....

Llegó la noche y miren esta hermosura de cielo.