La inocencia de los niños es algo que siempre me sorprende, su manera de emocionarse con cosas tan sencillas y simples, nos hacen ver la vida desde un punto de vista diferente.
Estábamos preparando las sopas para entregarlas en la comunidad de Petare y este hermoso niño apareció por la ventana impulsado por la curiosidad innata en ellos. Luego dos más se sentaron el la escalera a hablar y reírse.