A las heridas desgarradas del alma,
¡Pero el alma llamó y llamó!
Dentro de Cristo de corazones purificados,
Las batallas de ocho horas no me dejaron dormirme.
Lo siento mi felicidad se elevan en el cielo...
Que tu alma ya no será rastro de mi locura.
Solo quedarán un poco esos
Taza borracha.
Estas mal por mi? Yo que te ise?