Hay momentos en el deporte que son sublimes y aunque no seas espectador o fanático de un equipo, ves con satisfacción lo que sucede dentro de los límites de un campo de juego. Y pasó que en una noche de Anaheim, California; jugando como locales puesto que habían estado de gira, el equipo de Los Ángeles ha dejado sin hits, ni carreras al conjunto de los Seattle Mariners con pizarra de trece (13) carreras por cero (0) en el Angel Stadium.
Y la razón por la que catalogamos de sublime esa noche del Viernes 12 es que el juego estaba planificado para ser un homenaje póstumo al lanzador del club Tyler Skaggs, fallecido luego de unos ataques convulsivos el 01 de Julio pasado en su cuarto del hotel donde se hospedaba el equipo. Todo el club se uniformó con el número 45 y el apellido del jugador estampados en la camiseta.
Fuente: El Universal
El juego
Veintiocho (28) hombres fueron a tomar turno por Seattle; si, son 27 outs, pero el único que llegó a primera y evitó el juego perfecto fue el Venezolano Omar Narváez, catcher de los Mariners quien negoció la base por bolas y fue el único jugador de Seattle que pudo embasarse durante el duelo.
Mientras, del otro lado, la ofensiva de Los Ángeles produjo un total de 13 carreras incluyendo siete (7) en el primer tramo y un Home Run de su amigo Mike Trout de ¡454 pies! como una muestra de la inspiración mesiánica que produjo la gravitación del espíritu de Tyler en el estadio.
¿Y quienes labraron la joya?
Taylor Cole y el dominicano Félix Peña fueron los lapidarios que se encargaron del tallado de la joya: el primero lanzando dos (2) innings y el segundo siete (7) episodios; fue una muestra de eficiencia, consistencia y economía: ambos se combinaron para lanzar ciento tres (103) pitcheos de los cuales sesenta y cinco (65) cayeron en la zona de strike.
Otro Venezolano se encargaría de la pulitura a la gema, cerrando el partido con el último out: Luis Rengifo segunda base de reserva entró en el juego por sus dotes defensivas, con el deber de conservar la joya e hizo su trabajo y en rolata producida por Mallex Smith -con el último lanzamiento del partido- recogió la pelota y se la lanzó al primera base Albert Pujols para liquidar el juego y provocar el estallido de las gradas, en una noche para el recuerdo. Habían pasado siete (7) años desde el último no-no de Los Ángeles, logrado por Jared Weaver.
No hay duda que el espíritu de Tyler Skaggs ayudó a sus compañeros lanzadores a completar la hazaña... ¿No lo creen?
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