El poeta romano Virgilio fue el encargado de llevar a Dante a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso en búsqueda de su amada Beatriz. Éste es a grandes rasgos el argumento de “La Divina Comedia”, escrita por el italiano Dante Alighieri. En esta historia, se nos describe el Infierno como un territorio colosal de proporciones épicas y terroríficas en los que se va descendiendo a través de nueve niveles hasta el centro de la Tierra. En cada nivel habitan toda clase de pecadores que son torturados a través de diferentes métodos. Por ejemplo, los suicidas son condenados a vivir en la eternidad como si fueran árboles, o en el caso de los traidores, su cabeza es devorada por las personas a las que traicionaron.
Estas fantásticas visiones alimentaron la imaginación de diferentes artistas de diversas épocas para representar de manera visual el imaginario dantesco. Algunos más siniestros que otros, todos se distinguen por una fértil creatividad que nos ha permitido conocer de cerca uno de los sitios que más temor causan en las diferentes religiones del mundo, aquel en el que el pecado se castiga de manera terrible.
“Dante y Virgilio” (1850)
El usurpador Gianni Schicchi muerde a Capocchio, un hereje, ante la presencia del mismo Dante y su guía por los infiernos, el poeta Virgilio. Detrás de ellos, un escalofriante demonio contempla con regocijo la terrible escena. La pintura destaca por su excelente ejecución y el hiperrealismo en los detalles: las sombras, los músculos de los cuerpos, la manera en que Gianni Schicchi somete a su víctima. Un delicioso festín de horror que al mismo tiempo se disfruta por la excelsa calidad demostrada por William Bouguereau.
“La barca de Dante” (1822)
Virgilio y Dante prosiguen su perturbadora travesía por los infiernos y el Purgatorio. Ambos van acompañados por el barquero Caronte quien intenta abrirse paso por las aguas de donde emergen los condenados para buscar una desesperada salvación, asiéndose a la barca. La luz proyectada sobre estos últimos pone en evidencia su frenesí por salir y no ahogarse por toda la eternidad. Escalofriante resulta la figura de la izquierda, quien se agarra con los dientes a la madera.
“La Mappa dell’Inferno” (“El mapa del Infierno”) (1480–1495)
El mapa más soberbio del Infierno –técnica y espiritualmente hablando– lo llevó a cabo Sandro Botticelli para representar la gran obra de Dante. En esta ilustración conservada en las bóvedas secretas de la biblioteca del Vaticano, se recrean los nueve círculos del Infierno: el primero (limbo), el segundo (lujuria), el tercero (gula), el cuarto (avaricia y prodigalidad), el quinto (ira y pereza), el sexto (herejía), el séptimo (violencia), el octavo (fraude) y el noveno (traición), tal como se presentan en la obra del poeta florentino. Con un detalle excelso, una precisión maestra y una minuciosidad que sólo es posible con gran paciencia, dedicación y talento sobrehumano, Botticelli llevó a cabo lo que tal vez ni siquiera el mismo Dante concebía en su mente.
“The Waterfall of the Phlegethon”
Infierno, Canto 34. Serie para “La Divina Comedia” (1965)
Salvador Dalí realizó más de cien acuarelas sobre “La Divina Comedia” cuando el gobierno de Italia le encargó la creación de una serie de pinturas para conmemorar el 700 aniversario del nacimiento de Dante. Sin embargo, el proyecto se canceló cuando se determinó que el artista encargado debía ser forzosamente italiano. Esto no impidió que el nacido en España continuara con su trabajo, el cual le llevó cerca de cinco años culminar.
“La puerta del infierno” (1880-1917)
Esta impactante puerta al infierno es uno de los grandes logros del artista francés. Está conformada por más de 200 figuras y grupos de los cuales se han desprendido otras obras del artista como “El beso”, “Las tres sombras” y “Adán y Eva”. La obra no sólo hace referencia al ya citado libro de Dante Alighieri sino a “Las flores del mal” del poeta francés Charles Baudelaire. El peso de esta monumental pieza es tan colosal como lo debe ser el mismo infierno: 6 mil 700 kilogramos de peso.
“La divina comedia” El Infierno canto I, 1-90 (1824 a 1827)
A través de 102 ilustraciones que abarcan desde bocetos a lápiz hasta acuarelas y grabados a buril, Blake realizó de manera visual todo lo que Dante imaginó. Blake nos lleva por un recorrido atormentado del alma por su paso a través del Infierno y el Purgatorio hasta su llegada al Paraíso donde habita Dios. En este caso particular, nos enseña el encuentro de Dante con las tres bestias de las cuales huye lleno de horror.
“Lucifer” Canto XXXIV de “La Divina Comedia” (1757-58)
Un enorme y amenazante Satanás es la estrella de este grabado, en el cual se le presenta devorando y castigando a uno de los tantos condenados a los que ha sometido. A pesar de que se distinguió más como un afamado cartógrafo, no dudó en llevar a cabo una obra inspirada en la gran pieza de la literatura italiana.
“In my midlife, I found myself in the middle of a dark forest” La Divina Comedia, Infierno (1861)
Doré dio vida gráfica a grandes obras de la literatura como “El Quijote de la Mancha”, “La Biblia”, “El cuervo” y, por supuesto, “La Divina comedia”, en una serie de grabados que quizá sean los más famosos y cercanos a lo creado por Dante. Su estilo oscuro, sombrío, lleno de angustia y horror ha creado la atmósfera perfecta para presentar el suplicio de la travesía de Dante en busca de su amada Beatriz. La obra de Doré ha sobrevivido al paso de los siglos para ser conocida en la actualidad como la representación por excelencia de las visiones del poeta.
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