Como madre, les dediqué mucho tiempo a mis hijos para reforzar las actividades de lectura y escritura que se impartía en la escuela, sin embargo, habían días difíciles cuando eran las clásicas planas o copias de tantas líneas con letras, palabras o números que realmente parecían interminables y aburridas. A pesar de eso, siempre busqué maneras para que ellos las terminaran.

Entre mucho ensayo y error, poco a poco enseñé a mis hijos a apreciar el lápiz y el papel para leer, escribir y sobre todo para dibujar y pintar así como lo hicieron conmigo, pues me di cuenta de que la combinación de las letras o números con las artes plásticas eran una de las estrategias más efectivas.

Fue así como comencé a aplicarlo en mis clases con los niños de Educación Inicial, asumiendo la misma efectividad en ellos y con el tiempo encontré la metodología que me ayudó a cumplir mi objetivo pedagógico. Es por esto que siento la necesidad de plantear mi punto de vista en este escrito, basándome en mi experiencia algunos de los teóricos que han trabajado sobre este tema.

En este sentido, observo que en Venezuela particularmente, el Currículo de Educación Inicial (2005 p. 186) y el Currículo Bolivariano del mismo subsistema (2007 p.37), abordan brevemente el componente de Expresión Plástica, como lineamientos para elaborar el plan de trabajo con los niños. Estos currículos coinciden en que tal componente, constituye el desarrollo de habilidades y nociones para observar y manipular los materiales en forma creativa y comunicar su particular visión de la pintura, el dibujo y el modelado, desarrollando la capacidad de expresarse a través de sus producciones utilizándolos como medio de comunicación. Pero como ya lo señalé, se atiende con poco interés el potencial que este componente representa.

Por otra parte, Muchos padres consideran que un buen maestro es el que asignan muchas tareas a la casa, sobre todo caligrafías (planas), copias y dictado, -“mientras más manden más aprenden”, - En preescolar lo que hacen son puros dibujos. Así opinan muchos. La manera tradicional de enseñar no me atrevo a cuestionarla al 100%, pues así muchos aprendieron a leer y a escribir, lo que sí cuestiono es ¿por qué mayormente los docentes se enfocan en la lectura y escritura? ¿Dónde está el interés de la maestra de aplicar, observar y analizar “adecuadamente” las artes plásticas como estrategia y más aún para la evaluación? Y a los representantes les pregunto: ¿Saben cuáles beneficios tienen los niños al dibujar, pintar con pinceles o dedos, pegar, modelar la plastilina, mancharse con pinturas, recortar…?
Cada vez que a un niño se le enfrenta una hoja en blanco sobre la mesa y se les sugiere que creen algo que sea de su interés, sin que se les ofrezca una figura prediseñada, entonces es un reto al cual debe buscarle solución e ir complementando con otros elementos o garabatos hasta darle un sentido a su creación, muchas veces abstracto para los demás pero comprensible para sí mismo.

La aplicación de las estrategias que involucran las actividades de Expresión plásticas, propician la adquisición de diversas habilidades importantes para el desarrollo integral del niño, algunas de ellas son, la sensibilidad artística, la creatividad, la comunicación, la solución de problemas y la destreza motriz, las cuales se pueden lograr a través de diversas técnicas grafoplásticas, además que enriquecen la dinámica del aula con experiencias significativas tanto para los estudiantes como para la maestra.

Sobre esto, me parece interesante señalar el enfoque de Elliot W. Eisner (2004), reconocido profesor de Arte de Estados Unidos, quien considera que cada persona nace con un cerebro, mas no con una mente. Para él, los niños desarrollan habilidades mentales de acuerdo con su experiencia y parte de estas vivencias son en la escuela, por consiguiente, estas mentes están influenciadas por el currículo que se les ofrece según su nivel. Por esto, una de las funciones de las instituciones educativas será entonces garantizar la oportunidad a los niños y niñas de desarrollar sus mentes en varios sentidos, incluyendo en sus programas como parte fundamental las artes, puesto que la educación en esta área hacen posible que trabajen en ciertos tipos de problemas que ningún otro campo pueda generar, como por ejemplo las matemáticas o la lectura y escritura, las cuales suponen respuestas correctas, a diferencia de las artes, que plantean problemas con más de una posible solución, dando espacio a que los niños piensen individualmente, para promover una aproximación más cercana a soluciones de conflictos que se les puedan presentar en cualquier momento de sus vidas, donde sea necesario tomar decisiones más complejas.

Igualmente, Eisner, en su análisis sobre la contribución de las artes para los estudiantes, señala que éstas cumplen funciones que dan sentido a la educación y enriquece sus fines, manifestando que es a través de este medio como los niños pueden expresar lo que no es posible decir literalmente, trascendiendo los límites del lenguaje oral y escrito.
El docente, será entonces el mediador entre el niño y los lenguajes expresivos y quien posiblemente concederá a través de formulaciones pedagógicas establecidas que el niño pueda comunicarse creativamente, demostrando su capacidad y su potencial a través de sus construcciones artísticas, permitiendo incluir en sus aprendizajes espontáneos otros conocimientos que se aplican en el campo de la educación sistemática, desarrollando las etapas de evolución gráficoexpresivas y la aplicación de materiales y técnicas que pueden ser empleados por ellos para ejercitar su espontaneidad, su imaginación y creatividad. Por lo que agrego los aportes que ofrece Florence Beetlestone, (escritora del libro “Niños Creativos, Enseñanza Imaginativa”) quien señala que el docente cumple un papel imprescindible para desarrollar la creatividad en los estudiantes, y es en la planificación de las actividades donde inicia su participación para que esto se dé, estableciendo estrategias sensibles, prácticas y originales que motiven al ingenio en los niños, existiendo un margen de flexibilidad para adaptar un momento de la jornada a la realidad escolar, que inspire a las nuevas ideas luego de experimentar nuevas técnicas dictadas por el profesor con amplia gama de materiales existentes en su contexto escolar.

Espero que mis letras hayan sido de interés para Uds.

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Referencias:

Beetlestone, F. (1999). Niños creativos, enseñanza imaginativa. Ed. La Muralla S.A. (1a ed.) España.

Ministerio de Educación. (2005). Currículo de Educación Inicial. Caracas. Venezuela.

Ministerio de Educación. (2007). Currículo Bolivariano de Educación Inicial. Caracas. Venezuela.

Secretaría de Educación Pública (Productor). (2004). Miradas al Arte desde la Educación: Elliot Eisner - Qué puede aprender la Educación de las artes.

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