Contexto

“Nighthawks” (que podríamos traducirlo literalmente como halcones de la noche) es un cuadro que fue realizado por el pintor estadounidense Edward Hopper en 1942, en él nos muestra a cuatro personas en un diner (restaurantes pequeños muy comunes en el noreste de Estados Unidos) que se ubicaba en Greenwich Village, su barrio natal en Manhattan. Esta pintura además de ser la obra más famosa de Hopper es una de las más reconocidas del arte estadounidense y contemporáneo, su influencia en la cultura moderna es inigualable.

El título de la obra es metafórico ya que no se aprecian aves en la imagen, los halcones de la noche en realidad son las personas que se encuentran despiertas durante la noche y la madrugada deambulando por la ciudad, por eso en español la pintura también es conocida con el nombre “Noctámbulos”.

Para 1942 hay dos hechos muy importantes que debemos resaltar sobre la sociedad norteamericana, el primero es que venía recuperándose de la Gran Depresión y el segundo es que pocos meses atrás el Imperio Japonés había atacado la base naval en el Pacífico de Pearl Harbor sumado a que cuatro dias después Hitler le declararía la guerra a los Estados Unidos. El ambiente general era aislacionista, las personas no querían que los problemas de Europa y Asia los afectaran ya que sus vidas estaban comenzando a mejorar después de unos años 30 tan complicados.

Autorretrato de Edward Hopper (1906)

Con pocos elementos visuales, Hopper nos ha mostrado una típica visión de la vida urbana moderna donde predomina una sensación de soledad, tema recurrentes en sus obras.

Análisis

La escena que nos muestra Hopper perturba e inquieta. Es de noche, o tal vez de madrugada, en fin, una hora que no invita a que sucedan grandes cosas. La intensa iluminación del local se proyecta sobre la acera de una calle solitaria y en parte de la fachada del único edificio que vemos al fondo en el que alcanzamos a ver una caja registradora en el escaparate vacio de una tienda.

Dentro del diner los tres clientes permanecen sentados, sin hablar ni mirar a otra persona. Los dos del fondo forman una pareja, y hay un tercero está sentado dando la espalda hacia el observador. El camarero del bar está ocupado haciendo algún trabajo manual, pero al mismo tiempo está mirando fuera de la barra.

La pareja acapara la mayor atención a simple vista ya que están en la zona más iluminada de la escena. Su proximidad y la cercanía de sus manos, nos hace creer que son pareja o que existe un fuerte vínculo entre ambos. Sin embargo, no se prestan atención el uno al otro, el hombre mira hacia el bar y la mujer centra su mirada en un pequeño objeto que sostiene en su mano, a pesar de estar juntos se encuentran solos.

Fuente
Los dos personajes masculinos visten trajes oscuros de chaqueta y permanecen con sus sombreros puestos, la mujer lleva un vestido rojo. La postura del hombre solitario que nos da la espalda reflejando un ensimismamiento muy grande, otro tipo de soledad distinta a la de la pareja.

Si observamos bien, se puede ver que no hay forma de salir de la barra; ésta forma un triángulo que atrapa al camarero lo que refuerza la idea de estar encerrados. Hopper después negó haber intentado comunicar eso en el cuadro, pero admitió que:

Inconscientemente, probablemente, estaba pintando la soledad de una gran ciudad.

Hopper no nos cuenta la noche sino la sensación que esta. No le interesa el movimiento sino la pausa. Por eso siempre nos presenta el escenario donde algún hecho ocurrió o está por ocurrir. Lo que desea expresar siempre va más allá de la imagen, por eso se centró en plasmar los momentos de aislamiento e intimidad

El cuadro deja abiertas muchas interrogantes ya que no parece tener un tema específico definido, invita al observador a que libere su imaginación. Si de algo estamos seguros es que la acción no es la protagonista ya que no está pasando absolutamente nada, per en cambio si apreciamos la soledad del ser humano, reflejada en cada personaje abstraido en sus pensamientos y sensaciones sin importar si están acompañados por otros fisicamente.

Técnica

Los colores que utilizó Hopper son poco variados y sin gran tonalidad, aunque se encuentran muy saturados, lo que aumenta las extrañas sensaciones del cuadro.

Uno de los trucos que permite transmitir esa sensación de soledad se encuentra en las grandes ventanas y mostradores de la calle. En ninguno de ellos se ven figuras, excepto una caja registradora, que aparece en el fondo aislada y en la sombra, en medio de una tienda que parece estar vacía.

Sucede algo muy interesante con el personaje de espaldas, este se encuentra en el centro de la composición, pero crea una interesante contradicción, a pesar de ser la figura central, debido a la iluminación y al color de su ropa (parecido al del fondo hace que no nos fijemos mucho en él.

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Sorprende la maestría del pintor, quién con tan pocos elementos visuales fue capaz de crear uno de los mejores alegatos hechos en la pintura moderna sobre el tema de la soledad del hombre contemporáneo.

Curiosidades

• Las narices de la pareja se parecen a picos, quizás esto sea una referencia al título

• La obra de Hopper tuvo una influencia significativa en la cinematografía del siglo XX. Hay referencias a sus trabajos en películas como: Scarface (Howard Hawks, 1932), y Terciopelo azul (David Lynch, 1986), Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) y Dinero caído del cielo (Herbert Ross, 1981).

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