Fotografía Dia Fragma.
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. Caracas-Venezuela.
Estar cobijados por la memoria de nuestra ancestralidad requiere siempre una voluntad de remover prácticas donde nos encontremos desde el ritual y en colectivo. Nuestra manera ancestral de ver el espíritu tiende siempre a llevarnos a prácticas constantes con nuestro ser en ello podemos mencionar los estado de trance comunicándose potencialmente hacia el espacio-tiempo en que el ahora y en relación intercomunicacional que ocurre con todos los allí presentes -lectores-. ¿Qué significa para Latinoamérica reconocer su memoria ancestral? ¿Qué significa para mí? Cada pregunta aquí trazada -debo decir- es un espacio en el que les propongo quedar suspendidas no para decretar verdades sino para transitar un proceso interno de auto-conocimiento. Cuando hablamos de ancestralidad refiriéndonos a albergar un espacio de memoria activa ¿Qué nos mueve hacia lo que queremos o hacia lo que vemos? Muchos desde mi experiencia hemos sido engendrados bajo el la sociedad moderna justo allí brota nuestro primer vinculo con lo ancestral: lo social -siendo esto un producto inmediato de lo cultural- en donde se tejen convenciones, aspectos sobre las realidades tanto íntimas-personales como colectivas entre los comunes.
Fotografía Dia Fragma.
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. La Patora. Caracas-Venezuela.
Hemos trazado el espacio del olvido identificadonos con los procesos de consumo e interacción humana -ahora mucho más en este tiempo- utilizando valores como la indiferencia, la ambición, el poder de control, la autoridad, el juicio, la culpa, la explotación, como cualidades que componen un pensamiento de lo que puede ser una sociedad “del progreso” nuestra interconectividad se va alejando del proceso profundo donde la reflexión se convierte en acción consciente para propiciar nuevas maneras de relacionarnos desde nosotros mismos hacia el espacio-tiempo en el que "el otro" se manifiesta también como presencia: como cuerpo. He nombrado entonces al protagonista de la ancestralidad: el cuerpo. El cuerpo en su mayor expresión, atado, controlado, pensado para el des-conocimiento propio y expuesto solo al margen de la especie dominante tanto de la tierra como de la vida, entonces ocurre un instante en donde la pregunta se dispara de manera directa: ¿qué es el cuerpo? ¿cuál es tu cuerpo? ¿cuál es mi cuerpo? Los espacios de contención para el cuerpo son pocos igualmente los espacios de estudio donde reconocemos lo reconocemos como presencia psico-física propia que piensa, siente, acciona y reacciona.
Fotografía Dia Fragma.
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. La Pastora. Caracas-Venezuela.
Démosle espacio al estuche, al cuerpo, ese lugar que habitamos y que todo contiene que al mismo tiempo es contenido y contenedor de todo, espacio del sentir, de la imagen y la acción cotidiana, continua y permanente, cueva infinita de vicisitudes y alta adrenalina, démosle espacio de existencia para que exprese más allá de cualquier intelectualidad, démosle espacio recurrente de tranquilidad y desenvolvimiento, de amor y cuidado. Démosle gracias a ese universo indescifrable e inteligente que es este carapazon latente que nos hace sentir, pensar, hacer, desvelar, dormir, correr, comer, amar, olvidar, regresar, buscar, atender pero sobre todo démosle espacio para ser y desprenderse de todo aquello que nos duele, todo aquello que aún es herida, y que toda cicatriz se desprenda en un alivio de comprensión. Démosle mérito aquello -al cuerpo-- que dejaremos en la tierra como único testimonio desprendido de nuestra propia existencia material. El cuerpo como espacio único en donde reside toda nuestra experiencia terrenal en donde habitan otros de nosoras mismas como un universo de memorias que nos componen y piden ser vividas total movimiento. La ancestralidad está ubicada en el cuerpo como los elementos a nuestros corazones:
Jugar con el fuego
Qué sin quemar
Siempre cuece
Jugar con el fuego
Qué sin doler
Siempre vive
Jugar con el fuego
Qué sin cesar
Siempre late
Jugar con el fuego
Qué sin nombrar
Siempre se siente
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. La Pastora. Caracas-Venezuela.
La felicidad y la celebración siempre ha sido una cualidad de nuestra memoria incluso dentro de las crisis más insospechadas los seres humanos hemos gozado de la alegría como un beneficio que nos acerca un tanto a lo divino y a lo profano como símbolo de resilencia y resistencia. Nuestra idea como Urbano Aborigen en Caracas surge en el momento en que nos reconocemos parte de la urbe citadina combinando espacios reflexivos en torno a esa gran pregunta de la humanidad: ¿quienes somos? ¿quién eres? en ese espacio lo que acontece en nosotras es un propósito de re-descubrimiento donde trazamos aprendizajes que en muchas ocasiones suelen ser dolorosos sin embargo en la algarabía de sentirnos acompañadas un misterio se esconde -el misterio del otro- y allí nos contenemos entre comunes quienes se observan como una partícula del todo que compone nuestro espacio-tiempo. Nuestra consciencia ancestral está trazada por el encuentro, por la fiesta, por la bienvenida, por el amor, por la complicidad, por la medicina, por la comunión entre el universo y nuestro propio ser. Radicamos profundamente en lo desconocido para percibir el espacio de nuestra conexión con la tierra, con el agua, con el fuego, con el viento que al mismo tiempo percibimos sensaciones indefinibles siendo el tiempo tiempo el aliado próximo a nuestra propia memoria allí viven las imágenes, las luces, los olores, los sabores que nos conectan de manera viva con aquello que hemos sido desde siempre: espacio ancestral de saber y conocimiento.
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. La Pastora. Caracas-Venezuela.
Los elementos de la tierra nos guían: nos guía la colectividad, el sentido común revivido y compartido donde nos vemos las unas a las otras de manera constante envueltas para retornar hacia la esencia primordial de las que somos allí encontramos la ancestralidad como base fundamental de nuestra psique en función a una relación honesta con el cuerpo -la tierra- la madre, el abuelo, la niña, el joven, el viejo, allí está reunida nuestra historia fragmentada -gracias a la obsesión continua del poder con gran ambición de control-. Nuestras almas están envueltas por la razón común que se separa de una lógica determinista donde la verdad resulta ser única e inexorable estamos creando espacios nuevos, paisajes nuevos, viajes nuevos, pinturas nuevas que hacen revivir la memoria de nuestra conexión continua en este planeta tierra. Somos terrestres pero osamos de vernos inmortales o asesinadas constantemente observamos la obediencia incontrolable de quienes quieren el mundo para unos pocos. Nuestra mirada en trance determinan nuevas memorias recobradas, avivadas por la insistencia permanente de nuestra existencia como propiciante de nuevos espacios de pensamiento y acción. Nunca obedecemos por completo el mandato supuesto porque escuchamos nuestras intuiciones profundas inventándonos espacio de encuentro donde tenemos por objetivo colocar la lupa en las heridas de viejos patrones heredados por la imposición de una sociedad "moderna" para construir nuevos cimientos: nuevas personalidades.
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. La Pastora. Caracas-Venezuela.
Aquí suspendido en el tiempo se encuentra un aire pleno
en el instante donde detuve mi dedo en la piel de quien miraba a mis ojos
su costado, su oreja, su cabello reclinaba mi espina dorsal hacia la tierra y el cielo
Aquí suspendido en el tiempo se encuentra un aire pleno
en el instante en que todo lo que se comenta es el silencio
la nariz, el piso, el suelo, su lóbulo en mis dedos
dos palmas que se tocan hacia la tierra y el cielo
Aquí suspendido en el tiempo se encuentra un aire pleno
en el instante de separar nuestros cuerpo con ternura de terciopelo
el pecho, el pie izquierdo develando ante mis ojos una mirada de nuevo
la cercanía constante hacia la tierra y el cielo
Aquí suspendido en el tiempo se encuentra un aire pleno
en el instante del vuelo ningún adiós prematura todo continuo movimiento
el te quiero, el corazón, el deseo de un pensamiento tranquilo
la calma segura y apacible hacia la tierra y el cielo
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. La Pastora. Caracas-Venezuela.
Nuestras miradas no engañan tendemos a convertirnos en espejos de múltiples realidades donde solo la memoria nos hace conectar con el espacio en conjunto, somos un universo in-descifrable, des-cifrable, enigmático, llenos de matices, involucrado con el todo y con la nada. Nuestra intención ha de ser la de auto-observarnos en presencia de lo instintivo como procedimiento salvaje que une nuestro cuerpo con nuestra consciencia cargada de espacio aprendidos por convicción más que por elección. Buscamos intenciones que queremos realizar y en ese sentido todo lo que provoca en nosotros un paso hacia la memoria que constituye nuestra propia originalidad es decir nuestra propia raíz así cada una encuentra espacio de renacimiento en conjunto con su propia historia una memoria que está siendo revivida en el sentido profundo que nos lleva a inevitablemente escucharnos con gran paciencia, espacios para re-modelar nuestra esencia compartida en muchos espacios vacuos carentes de fondo que vamos reiniciar dentro de lapsus del inconsciente. "El cuerpo es memoria" en él, en la mirada, en la piel, en el cabello, el los oídos, en los labios, en los pies, en los dedos, en los codos, en las rodillas, en los tobillos, en el esternón, en la columna vertebral, allí reside la resonancia con nuestro propio propósito que será infinitamente desconocido pero que al ser vivido de manera consciente encontrándose en rumbo al horizonte de nuestras propias construcciones sociales, culturales, humanas, que puedan reverdecer el espacio de nuevas alternancias de la vida humana -en lo social cultural- donde el eco de la naturaleza resuena profundamente en nuestro constante caminar.
Corpogrifo "Raices Revividas" por Urbano Aborigen. La Pastora. Caracas-Venezuela.
Interprétes: Ivan Cudemus y Luna Poetisa.
Muralista: Jade Macedo.
Saludos, continúa adelante
Mil gracias!