Fotografía Luis Bobadilla
Habitada por espacios llenos de verdor, valles, agua de manantial, guacamayas, palmeras africanas, mar caribe, coco, agua de coco y cocada, arepas, empanadas, caraotas y pescado, parques, colinas, atardeceres fucsias, caos amado, caos desesperado, calma y limpieza aurática, así se presenta para muchos Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela. En medio de ella la sonrisa salsera, el joropo tuyero, el merengue caraqueño, los tambores de la costa, el metro de Caracas, el ávila, el Warairarepano, la Cota Mil, lugares en donde habita la gente del caribe venezolano, husmeando la insospechada melodía de los loros y los turpiales, anunciando siempre fríos cálidos que no queman la piel, su valle y su historia datan en blanco y negro lo que fuese una hacienda en aquel territorio de las etnias Karibes; muchos son los poetas que le han escrito a Caracas como ciudad surrealista, comprometida con el invento y el relajo, Caracas es para muchas una pequeña ciudad musical, llena de reggae y conciertos de trovas o ska-psicodélico Caracas nos sorprende entre el amor y el odio y todo se nos olvida cuando sabemos que tenemos el mar solo a media hora del tiempo creador por la modernidad, nuestras miradas son lejanas porque es inmenso el corazón y con la sonrisa perpleja agarramos una confianza que a veces como se dice "da asco", los caraqueños, las caraqueñas somos dados, y nos gusta la salsa brava, confiamos en los barrios con sus calles llenas de gente y guaguanco.
Inhabited by spaces full of greenery, valleys, spring water, macaws, African palms, Caribbean sea, coconut, coconut and coconut water, arepas, empanadas, caraotas and fish, parks, hills, fuchsia sunsets, beloved chaos, desperate chaos, calm and auratic cleanliness, this is how Caracas, capital of the Bolivarian Republic of Venezuela, presents itself to many. In the middle of it, the salsa smile, the joropo tuyero, the merengue caraqueño, the drums of the coast, the Caracas subway, the avila, the Warairarepano, the Cota Mil, places where the people of the Venezuelan Caribbean live, Sniffing the unsuspected melody of the parrots and the turpials, announcing always warm colds that do not burn the skin, its valley and its history date in black and white what was a farm in that territory of the Karibes ethnic groups; Many are the poets who have written to Caracas as a surrealist city, committed to invention and relaxation, Caracas is for many a small musical city, full of reggae and trova or ska-psychedelic concerts Caracas surprises us between love and hate and everything is forgotten when we know that we have the sea only half an hour away from the creative time by modernity, our looks are distant because the heart is immense and with a perplexed smile we take on a confidence that sometimes, as they say, "it's disgusting", we caraqueños, the caraqueñas are given, and we like salsa brava, we trust the neighborhoods with their streets full of people and guaguanco.
Habitada por espaços cheios de verde, vales, água de nascente, araras, palmeiras africanas, mar do Caribe, coco, água de coco, arepas, empanadas, caraotas e peixes, parques, colinas, pores-do-sol fúcsia, caos amado, caos desesperado, limpeza calma e auratica, é assim que Caracas, capital da República Bolivariana da Venezuela, se apresenta a muitos. No meio dela, o sorriso de salsa, o joropo tuyero, o merengue carqueño, os tambores da costa, o metrô de Caracas, o avila, o Warairarepano, o Cota Mil, lugares onde vive o povo do Caribe venezuelano, Cheirando a melodia insuspeita dos papagaios e das tartarugas, anunciando sempre resfriados quentes que não queimam a pele, seu vale e sua história datam em preto e branco o que era uma fazenda naquele território da etnia Karibes; Muitos são os poetas que escreveram para Caracas como uma cidade surrealista, comprometida com a invenção e o relaxamento, Caracas é para muitos uma pequena cidade musical, cheia de reggae e trova ou concertos de ska-psychedelic Caracas nos surpreende entre o amor e o ódio e tudo é esquecido quando sabemos que temos o mar a apenas meia hora de distância do tempo criativo pela modernidade, nossa aparência é distante porque o coração é imenso e com um sorriso perplexo assumimos uma confiança que às vezes, como dizem, "é nojento", nós caraqueños, os caraqueñas somos dados, e gostamos de salsa brava, confiamos os bairros com suas ruas cheias de gente e guaguanco.
Fotografía Luis Bobadilla.
Caracas nos despeina y de alguna manera también nos lleva a la ensoñación, en las noches de luces encendida de todas las casas del cerro, Caracas se posa como un pesebre dispuesto a realizarnos algún milagro. En sus barrios todo puede comprometerse con la inteligencia de quienes allí habitan, sus mujeres, sus niños y niñas, sus jóvenes, sus personas mayores, sus hombres, sus abuelos, sus abuelas, como manantial del Warairarepano nos colman de sabiduría, una sabiduría del caribe que se presenta en el cantadito de nuestro acento al pronunciar palabra, el caraqueño y la caraqueña es confiado y se entrega sin medida a la inmensidad del momento con un todo o con un nada a cuestas. Un dolor de cabeza puede esfumarse con el encuentro en algún boulevard de Caracas con las amigas, un bolero, un empanadita de pescado. Nuestras habitaciones están repletas de historia y de encuentros, nuestro argot suele no agotarse entre invención e invención, durante los domingos nos gusta tomar sopa, degustar una cerveza en la esquina o simplemente algunos irse de caminata por las grandes autopistas urbanas. No olvidemos que Caracas ha sido la cuna del boom petrolero, ciudad de migraciones y migrantes de la guerra, calidez del recibimiento y buen chiste.
Caracas makes our hair fall out and somehow it also leads us to dream, in the nights of lights on in all the houses on the hill, Caracas stands like a manger ready to perform some miracle for us. In its neighborhoods everything can be committed to the intelligence of those who live there, their women, their children, their young people, their elderly, their men, their grandparents, their grandmothers, as a source of the Warairarepano they fill us with wisdom, a wisdom of the Caribbean that is presented in the chant of our accent when we pronounce a word, the caraqueño and the caraqueña is confident and gives himself without measure to the immensity of the moment with a whole or a nothing on his shoulders. A headache can vanish with the encounter in some boulevard of Caracas with the friends, a bolero, a fish empanadita. Our rooms are full of history and encounters, our jargon is not usually exhausted between invention and invention, on Sundays we like to eat soup, taste a beer on the corner or simply go for a walk on the big urban highways. Let's not forget that Caracas has been the cradle of the oil boom, the city of migrations and migrants from the war, the warmth of the welcome and the good joke.
Caracas faz nossos cabelos caírem e, de alguma forma, também nos leva a sonhar, nas noites de luzes acesas em todas as casas da colina, Caracas fica como uma manjedoura pronta para realizar algum milagre para nós. Em seus bairros tudo pode estar comprometido com a inteligência daqueles que ali vivem, suas mulheres, seus filhos, seus jovens, seus idosos, seus homens, seus avós, suas avós, como fonte do Warairarepano nos enchem de sabedoria, uma sabedoria do Caribe que se apresenta no canto de nosso sotaque quando pronunciamos uma palavra, o caraqueño e a caracanha se confiam e se entregam sem medida à imensidão do momento com um todo ou um nada sobre seus ombros. Uma dor de cabeça pode desaparecer com o encontro em alguma avenida de Caracas com os amigos, um bolero, uma empanadita de peixe. Nossas salas estão cheias de história e encontros, nosso jargão não costuma se esgotar entre invenção e invenção, aos domingos gostamos de comer sopa, provar uma cerveja na esquina ou simplesmente dar um passeio pelas grandes rodovias urbanas. Não esqueçamos que Caracas tem sido o berço do boom do petróleo, a cidade das migrações e dos migrantes da guerra, o calor da acolhida e a boa piada.
Fotografía Luis Bobadilla.
El contacto con Caracas tiene que ver con la piel canela, con la diversidad de sus ojos y sus dientes, con la inmensidad de los colores y las nubes, por muchos y muchas ha sido llamada "sucursal del cielo" ha de ser porque de alguna extraña manera nos acercamos mucho a las nubes desde lo alto de nuestro valle. La carcajada para el caraqueño puede ser sinónimo de variedad y similitud de los sentimientos, nos posamos como aves silvestres en el encuentro y decidimos transitar a veces calles oscuras, avenidas llenas de humo, mercados repletos de colores, vivir en Caracas es estar en el no laberinto; pareciera siempre que la tristeza inevitablemente tiene un remedio que encontramos en el movimiento al bailar, en los sabores, en la gritería de los mercados con gallinero. Un instante junto a la compañía de la Caracas caribeña nos renueva y también nos llena de introspección cuando los largos aguaceros tropicales se posan en nuestros cielo, puede llover un día y una noche entera confiando en que el lodo de las montañas permanecerá o eventualmente se moverá en barricadas, el tumbao de nuestro andar se lo debemos a la mezcolanza y a la identidad que hemos conformado como probabilidad infinita y cambiante.
The contact with Caracas has to do with the cinnamon skin, with the diversity of its eyes and teeth, with the immensity of the colors and the clouds, for many and many it has been called "branch of the sky" must be because in some strange way we get very close to the clouds from the top of our valley. The laughter for the caraqueño can be synonymous of variety and similarity of feelings, we alight like wild birds in the encounter and we decide to transit sometimes dark streets, avenues full of smoke, markets full of colors, to live in Caracas is to be in the not labyrinth; it seems always that the sadness inevitably has a remedy that we find in the movement when dancing, in the flavors, in the shouting of the markets with henhouse. An instant with the company of Caribbean Caracas renews us and also fills us with introspection when the long tropical rains fall in our skies, it may rain a day and a whole night trusting that the mud of the mountains will remain or eventually move in barricades, the tumbao of our walk we owe it to the mixture and the identity that we have formed as infinite and changing probability.
O contato com Caracas tem a ver com a pele da canela, com a diversidade de seus olhos e dentes, com a imensidão das cores e das nuvens, para muitos e muitos tem sido chamado de "ramo do céu" deve ser porque de alguma forma estranha nos aproximamos muito das nuvens do topo de nosso vale. O riso para o caraqueño pode ser sinônimo de variedade e semelhança de sentimentos, acendemos como pássaros selvagens no encontro e decidimos transitar por vezes por ruas escuras, avenidas cheias de fumaça, mercados cheios de cores, viver em Caracas é estar no não labirinto; parece sempre que a tristeza tem inevitavelmente um remédio que encontramos no movimento ao dançar, nos sabores, nos gritos dos mercados com galinheiro. Um instante com a empresa do Caribe Caracas nos renova e também nos enche de introspecção quando as longas chuvas tropicais caem em nossos céus, pode chover um dia e uma noite inteira confiando que a lama das montanhas permanecerá ou eventualmente se moverá em barricadas, o tumbao de nossa caminhada devemos isso à mistura e à identidade que formamos como infinita e mutável probabilidade.
Fotografía Luis Bodabilla.
Cómo poesía inagotable se nos muestra Caracas, Caraquita
Una relación sonriente nos sostiene en nuestro enamoramiento con ella
La lluvia nos hidrata en pleno caos y en las noches las estrellas oscilan
Cada color naranja se renueva en la mirada de quienes la ven todo los días
La nostalgia siempre nos abarca para los que estamos lejos de ella
Como iniciación a un rito sus mares cercanos nos reciben con cacao, plátano, panela, pescado
Una noche imprevista todo es salsa y buen merengue
Una descolocada razón nos hace amarla y amarla
Volver siempre ha de ser un embeleso al imaginarnos sus calles
El moho de sus colinas
La luz nocturna de sus fiestas en las calles, los conciertos, y las calles
Caracas por pocos temida por muchos amada
Quién ahora seguro respira distanciada de sus corazones amantes
Cerrar los ojos constantemente es signo de una caraqueña
Bailar las caderas mientras camina y que todo se pregunten "¿cómo caminan las caraqueñas?"
Consentir el paladar con un golfeado, con una cachapa o con el mango hilacha
Nuestros cuerpos son curvilíneos como Caracas al peligro le sonreímos porque sabemos de dónde viene y venimos
Somos pícaros y pícaras por naturaleza, llevamos en la boca el mal dicho "la vida es para quién está vivo", nunca desistimos, le damos la vuelta a todo, sabemos agarrar el paso y nos convertimos en remansos amigos cuando con la sinceridad se posa la sonrisa y la acción del otro
El Caraqueño se extiende en el relajo y la caraqueña sabe bailar pegado
How inexhaustible poetry shows us Caracas, Caraquita
A smiling relationship sustains us in our infatuation with her
The rain hydrates us in the midst of chaos and at night the stars oscillate
Each orange color is renewed in the eyes of those who see it every day
Nostalgia always embraces us for those of us who are far from it
As an initiation to a rite, its nearby seas welcome us with cocoa, banana, panela, fish
An unexpected night is all about salsa and good meringue
A misguided reason makes us love her and love her
Coming back must always be a delight when we imagine its streets
The mold on your hills
The night light of their street parties, concerts, and streets
Caracas by few feared by many beloved
Who now surely breathes away their loving hearts
Constantly closing your eyes is a sign of a caraqueña
Dance your hips while you walk and all wonder "how do caraqueñas walk?"
To pamper the palate with a slap, with a cachapa or with the shredded handle
Our bodies are curvilinear like Caracas. We smile at danger because we know where it comes from and we come from
We are naughty and mischievous by nature, we carry in our mouths the evil saying "life is for those who are alive", we never give up, we turn everything upside down, we know how to take the step and we become friends when with sincerity the smile and the action of the other one settle
The Caraqueño stretches out in the relax and the caraqueña knows how to dance stuck
Como a poesia inesgotável nos mostra Caracas, Caraquita
Uma relação sorridente nos sustenta em nossa paixão por ela
A chuva nos hidrata no meio do caos e, à noite, as estrelas oscilam
Cada cor laranja é renovada nos olhos de quem a vê todos os dias
A nostalgia sempre nos abraça para aqueles de nós que estão longe dela
Como iniciação a um rito, seus mares próximos nos recebem com cacau, banana, panela, peixe
Uma noite inesperada é tudo sobre salsa e bom merengue
Uma razão mal orientada nos faz amá-la e amá-la
Voltar deve ser sempre um deleite quando imaginamos suas ruas
O molde em suas colinas
A luz da noite de suas festas de rua, concertos e ruas
Caracas por poucos temidos por muitos amados
Que agora com certeza respiram seus corações amorosos
Fechando constantemente os olhos é sinal de uma caraqueña
Dance seus quadris enquanto caminha e todos se perguntam "como andam as caracinhas"?
Mimar o paladar com um tapa, com uma cachapa ou com o cabo desfiado
Nossos corpos são curvilíneos como Caracas. Sorrimos para o perigo porque sabemos de onde ele vem e de onde viemos.
Somos perversos e maliciosos por natureza, carregamos na boca o malvado ditado "a vida é para aqueles que estão vivos", nunca desistimos, viramos tudo de cabeça para baixo, sabemos como dar o passo e nos tornamos amigos quando com sinceridade o sorriso e a ação do outro se estabelecem
O Caraqueño se estende no relax e a caraqueña sabe como dançar presa
Fotografía Luis Bobadilla.
Parroquia La Pastora, Caracas, Venezuela.