Es tan agraciado ser tan baja y poder escuchar latir tu jovial corazón al momento de abrazarte mientras me despido, es algo que no podría vender ni por toda la vulgar fortuna del mundo, porque mi mayor fortuna eres tu, mi musa cautivadora, precisamente llegaste a mi un día antes de año nuevo, cuando yo era la persona mas deficiente del terráqueo. Porque eres una estrella deslumbrante entre todas las demás. Porque eres ese magnifico punto de luz sublime a esos encantos que emanas y transmite de esa esencia de tus preciosos hombros destilando pinturas de colores; Pero desconsoladamente mi mendigo núcleo de fervor te ve más lejos cada vez que me despido con ese gentil recibiendo a tus brazos misericordiosos…