Animales que mayormente son trasportados en barco para consumo de carne u otros propósitos viajan en condiciones desastrosas y continuamente mueren para ser simplemente arrojados por la borda.
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La llegada de cadáveres de animales hinchados en algunas playas a encendido las alertas sobre las condiciones en las que viajan las reses en barcos de transporte.
Las naciones Unidas, mediante el convenio de MARPOL regula prácticas como el vertido de animales muertos en el océano, las indicaciones marcan un protocolo en el que los animales deben ser troceados para que se vayan directamente al fondo marino, además de prohibir esta práctica si el banco se encuentra a menos de 100 millas de la costa más cercana.
Hace unos pocos días ocurrió un incidente en las playas de las Islas Canarias en España, cadáveres de reses hinchadas llegaron a sus playas al parecer provenientes del barco panameño “Polaris 2” y se recalca que no se puede concluir esto como un hecho ya que muchas veces los cadáveres se arrojan sin orejas o sin partes de su cuerpo que permitan la correcta identificación.
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En los barcos los animales suelen viajar cerca de 12.000 kilómetros, cada embarcación puede llevar cerca de 30.000 cabezas de ganado y normalmente no tienen ni un solo veterinario, ya podemos imaginar las condiciones de insalubridad de estos barcos donde los animales literalmente viajan sumergidos en sus propias heces.
En algunos puertos del mundo, cuando estos barcos llegan, parecieran transportar cadáveres en lugar de animales, pues el hedor de su interior recorre grandes distancias, si bien algunos países cuentan con normativas estrictas de protección animal, el transporte internacional de animales provenientes de diferentes lugares del mundo hace poco aplicable unas normas claras de los derechos de los animales, incluso si están destinados a la alimentación humana.