El día que Albert Ayler y Ornette Coleman coronaron el funeral de Coltrane

in #albert7 years ago (edited)

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Cuando murió John Coltrane, una de las mayores voces del jazz y la creación musical, los saxofonistas Albert Ayler y Ornette Coleman fueron invitados a tocar en su funeral, celebrado en 1967 en la Iglesia Luterana St Peters, en Nueva York.

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Había sido uno de los últimos pedidos del gran Coltrane. Que luego de su muerte, Albert Ayler y Ornette Coleman empuñaran sus saxofones y encendieran la velada fúnebre con la ferocidad de su música. Y eso hicieron.

Existe un registro, no un vídeo pero sí la grabación de aquella sesión musical en pleno funeral de Coltrane, iniciada con el tanque de Love Cry, Truth Is Marching In y Our Prayer de Albert Ayler para concluir con los también fraseos sin fin de Ornette.

Pese a la mala calidad del audio, la interpretación de Ayler durante el funeral de Coltrane representa otra muestra del característico e indescriptible tipo de entrega y energía con que el músico tocaba.

Este registro musical se encuentra en la edición de lujo Holy Ghosts (12 discos, editados en 2004 por Revenant Records), o forma parte de My Name is Albert Ayler (2006), recomendado documental del sueco Kasper Collin acerca de la vida y (misteriosa) muerte de Albert Ayler.

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El propio Coltrane reconoció en vida la importancia de Ayler en su propia música, hablando frecuentemente sobre sus dotes como instrumentista y diciendo que era un músico de otro mundo, fuera de serie. Y no se refería a un veterano de antes; Ayler era más joven, unos 10 años menor que Coltrane.

Fue Coltrane quien colaboró para que Ayler grabara con Impulse, sello que en 1967 editó In Greenwich Village, donde aparece su composición For John Coltrane.

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Spiritual Unity de Albert Ayler, Coltrane y otras grandes obras de jazz del 60’

Obras de John Coltrane como A love supreme, Ascension y Meditations (1965), o el póstumo Interstellar Space (1967), pueden resultar de un poder e intensidad abrumadora.

Ascension se compone de 2 composiciones de aproximadamente 40 minutos cada una. El ensamble musical es denso, 11 músicos tocando al mismo tiempo, incluido Trane y los saxos de Pharoah Sanders y Archie Shepp. No hacen más que ascender, sin patrones conocidos de ningún tipo, casi sin respiro, creando en suma libertad.

Ese extremo de improvisación y esa casi inhumana capacidad de no parar de tocar, también pueden escucharse en obras un poco anteriores, como The Shape of Jazz to Come (1959) y Free Jazz (1961) de Coleman, o en Spiritual Unity de Albert Ayler (1964).

Adentrarse en estas tempranas obras del llamado “free jazz” (y en muchas otras de Miles Davis, Rahsaan Roland Kirk, Sun Ra, Archie Sheep, Pharaon Sanders, Wayne Shorter, Anthony Braxton, Eric Dolphy, Don Cherry, entre tantos otros) supone sumergirse en una experiencia de escucha. Es todo un reto a nuestro propio poder de atención.

Es colocarse en medio de una vibración de sonidos por momentos permanente, con radicales variaciones de texturas e intensidades, que no cesan moviéndose sin tregua en múltiples direcciones, desvíos, violentas explosiones e inesperados retornos.

Con su saxofón Ayler traza sonidos que parecen adquirir forma, desde muy delgados, a gordos y asquerosos, borrachos o burlones; descargando prolongados llantos y alaridos de monstruos desconocidos, o escapes sublimes y bestialmente bellos, como los que tejen el saxo, violín y trompeta de Our Prayer (compuesta por su hermano, Donald Ayler).

Como los gritos de un elefante rabioso y agónico, que incomodan hasta conmover.
Un modo de ejecución salvaje y poseída, que remite a ritos musicales ancestrales, practicados por antepasados negros que en dispares regiones y épocas han expresado su sufrimiento o júbilo desde estados de máximo coloque, devoción y trance musical.

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Incluso hoy cuesta comprender, tolerar, escuchar, dejarse ir en la música de Albert Ayler; la mayoría de las veces, por nuestra propia incapacidad a no distraernos, a no concentrar la atención.

Porque como llegó a decir hace mucho tiempo Gary Peackock, contrabajista e integrante del cuarteto de Ayler:

"Aprender a escuchar es un problema básico. Todo el mundo lo tiene”.



Fuente:
http://illogicalcontraption.blogspot.com.uy/2010/11/albert-ayler-at-john-coltranes-funeral.html
Fotos:
http://www.ayler.co.uk/html/albertpix.html