Sueño entre las montañas

En medio de un centenar de montañas que forman parte del páramo merideño, un lugar especial, con un clima excepcional, con personas con valores bien amoldados, donde la felicidad no depende de lo material, el simple hecho de despertar rodeado de tanta belleza natural y humana ya es suficiente motivo para sonreír.
Lo normal y lo que a cualquiera se le viene a la mente cuando le mencionan algún lugar de los andes son cosas como la agricultura, las tradiciones que guardan en sus entrañas dichos pueblos, las historias que hay detrás de cada uno ellos, su cultura y todo aquello que tenga que ver con sus orígenes. Es raro encontrar a alguien que hable o que pregunte por algún aspecto diferente a los antes ya mencionados, pero como dicen todo tiene una primera vez.
En medio de una atmosfera donde predomina la ideología del trabajo en la tierra, del sacrificio a diario para producir el sustento de cada familia, de que se estudia o se trabaja alguna de dos. Acá el deporte, las artes y cualquier otra cosa fuera de lo cotidiano se toman como hobby o pasatiempo, nunca nadie se atrevía a tomar algo de esto como profesión resultaba muy extraño decir “voy a ser cantante” “voy a ser pintor” “voy a ser actor” o “seré deportista”, pero los límites y los imposibles son algo que el ser humano mismos se crea en su cabeza y que está en el romperlos, por eso esta no iba a ser la excepción y alguien debía romper con dicho tabú. Apareció él, un par de jóvenes trajeron al mundo en 1998 a un niño que cambiaría por siempre la ideología de esta región. Humilde, bien educado, con valores inculcados enormemente, a los 4 años se sumerge en lo que para ese entonces su familia y el veían como un pasatiempo sin saber que a través del tiempo se convertiría en lo más importante de su vida. Nació y creció en su pueblo natal, de a poco empezó a resonar su nombre en el ámbito deportivo, marcaba goles por doquier, reventaba las redes de cuanta arquería tuviera en frente, pero no era solo el hecho de marcar goles y del talento que tenía para jugar al futbol, había algo mas y su mayor mentor se había dado cuenta de ello, sabía que estaba frente a algo nunca visto en estos lugares. Esa persona que lo formo que lo descubrió y lo fue perfeccionando entendió que delante de él estaba el chico que marcaría la diferencia y rompería con lo cotidiano, esa persona una vez dijo “si este muchacho sigue trabajando así llegara muy lejos” y no se equivocó.
Diminuto, habilidoso, educado, certero en cuanto a lo que desea, trabajador y perfeccionista (las cosas debía hacerlas como se lo decían sin ningún error) soñador como ninguno, todo eso lo llevaría a donde nunca se imaginó. Después de 8 años gritando gol por todos los rincones de su municipio llegaba la hora de hacerlo en escenarios más importantes pero también mas exigentes. Se encargó de enamorar a miles de espectadores en todo el estado, llamo la atención de técnicos, jugadores, directivos y esto traería una consecuencia: ser llamado a representar su estado a nivel nacional e internacional. Los frutos de aquellos esfuerzos se empezaban a notar, todos aquellos sacrificios (ir solo a entrenar, no tener el dinero suficiente, no tener quien lo abrazara después de cada partido a parte de sus compañeros y técnico, trasnochos, madrugadas, llegar tarde a casa, no descuidar los estudios) hechos tan solo por un sueño tenían su recompensa. Aquel chico que inicio con un hobby y que le decía a su mama “tranquila voy a estudiar y a jugar”, ya sabía que esto había pasado a otro nivel y cuando dijo “voy a ser futbolista profesional” un eco ensordecedor retumbo en cada rincón de su casa, de su pueblo, de su región. Fue motivo de risas para algunos, de asombro para otros, de motivación y de inspiración a otros tantos, lo que nadie se había atrevido a intentar él lo hizo. El camino tendría trabas, tristezas, alegrías, momentos buenos y otros no tanto pero la idea de llegar a la cima no se la quitaba nadie.

Su mentor no se equivocó y lo que había vaticinado una vez se iba cumpliendo paso a paso con cada logro que conseguía este chico que ya se había convertido en un hombre. Lastimosamente recibiría uno de los golpes más duros, quien le enseño todo quien grito más que nadie sus goles, ese que siempre estuvo ahí, ya no estaba más. Su eterno profesor partía de la tierra rumbo al cielo llamado por el creador.
Lucho ante todo y contra todo pronóstico, lo trataron de loco, salió de un lugar donde decían que triunfar era imposible, sufrió, disfruto, aprendió, desobedeció a quienes más lo querían simplemente por cumplir ese sueño, quien le había enseñado el camino a recorrer ya no estaba con él y sin embargo nunca dejo de intentar, siempre confió en su talento, trabajo día tras día porque sabía que el momento iba a llegar. No se equivocó….

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No importa donde estés, ni a donde vayas. No olvides de donde saliste y quien estuvo contigo cuando más lo necesitabas, quien creyó en ti y quien se burló.
“Gracias por enseñarme todo dentro y fuera de la cancha, cada logro va dedicado a ti porque eres parte de este sueño que de a poco se convierte en realidad y que apenas está comenzando, queda mucho por recorrer y por conseguir”.

YO SOY DE AQUI…