Era el día… Por fin poder ver el estreno de una de las películas que más nos gusta a mi novio y a mí. Salimos temprano a conversar, estábamos súper emocionados, estuvimos toda la mañana conversando, comprando unas cosas que necesitábamos, hablando de otras que tenemos pendientes, almorzamos. En fin, todo perfecto.
Al llegar al cine, como comenté estábamos más que emocionados, el cine estaba lleno de niños ya que, muchos quieren ver una película animada que hace poco se estrenó, otros para ver la misma película que nosotros y pues, cada quien en sus cosas pero lo que no puedo dejar de resaltar era la energía positiva y agradable que se respiraba en el ambiente.
Al entrar a la sala, ésta emanaba demasiada felicidad y algarabía, muchos ansiosos, muchos flash de cámaras, conversaciones, etc. La película fue mejor de lo que esperábamos y fuimos felices realmente, no puedo explicar lo tan bien hecha que esta, las escenas, los diálogos, los gráficos, todo llegó a nuestros corazones,, hasta lloramos (si, somos bastante sentimentales por lo visto). Me atrevo a decir que todos salimos extasiados de felicidad y personalmente nosotros con ganas de volver a verla y pasar otras 3 horas de películas. Realmente fuimos felices.
Íbamos camino a casa, era un poco tarde pero transitaba gente, a nuestra derecha veíamos a un grupo de vendedores ambulantes terminando su jornada de trabajo (muy normal en nuestro ambiente), carros iban i venían, seguimos caminando hacia nuestra casa hablando de lo maravillosa que fue nuestro día en general y de lo bien que la pasamos cuando, de pronto, sentimos que dos personas se van acercando sigilosamente, nosotros al darnos cuenta aceleramos el paso (invocando la fuerza para que nada malo nos pasara) ya que sentíamos que habían cosas que no iban muy bien en dichas personas.
Para que decirles que por esta vez el lado oscuro nos ganó y nos quitó nuestras pertenencias de manos de esas dos personas, no fue nada agradable pensar y pasar por esto, saber que pasábamos de la alegría a la tristeza en un momento, de la tristeza a la desesperación en otro. Gracias a Dios y a la –fuerza- que solo nos quitaron nuestras cosas materiales y no pasó a mayores.
Al final, ambos terminamos riéndonos ya que nuestro día, el día de Star Wars había sido totalmente emocionante, llenos de felicidad porque por fin vimos nuestra película favorita y para nosotros, en ese momento, la luz era la triunfadora y tristes por lo que había sucedido. Nos llenamos de lecciones aprendidas, hicimos hasta una lista de ellas y nos dimos cuenta de que hay cosas que son inevitables también.
Concluimos bautizando ese día como “El día de Star Wars” ya que si lo analizamos nos sentimos más unidos que nunca a la trama en general de nuestra película favorita.
Foto extraída de internet.